El Tarzán dominicano comienza mañana a

POR SHIRA ABREU
A las 8:00 de la mañana de este miércoles inicia el primer capítulo de la nueva historia del Tarzán Dominicano. El dejará de vivir de dádivas y "chiripas" para ser lavador de carros en la Comisión Ejecutiva para la Reforma del Sector Salud (Cerss).
Para legalizarl el pago porque carece de cédula, la Cerss le hizo firmar un acta notarial que certifica que él existe. Y fungieron como testigos, ayer a la 1:00 de la tarde, el director de El Nacional, Radhamés Gómez Pepín y ésta redactora.
La firma se realizó en la oficina de Gómez Pepín y asistieron el director de Cerss, doctor Gustavo Rojas Lara; la abogada notaria licenciada Ingrid Mendoza Peña, y los ejecutivos de esa entidad Raysa Betances, representante del departamento legal; el gerente administrativo, Ramón Mena, y Marlene Morales, la consultora de relaciones públicas, Marlen Morales.
Antes de marcar con sus huellas dactilares el acta que certifica la existencia de Pedro, él escuchó atento los consejos de Gómez Pepín, quien le recomendó cumplir con responsabilidad su trabajo.
Mientras el doctor Rojas Lara agradeció a El Nacional por publicar y dar seguimiento al caso de Pedro, Gómez Pepín valoró la decisión tomada por la Comisión para la Reforma del Sector Salud al dar trabajo y cambiar de vida a "Tarzán".
La historia, que comenzó para la opinión pública hace casi cinco meses, el 11 de marzo de éste año, con un reportaje publicado en este diario, y para Pedro hace muchos años cuando empezó a vivir en las calles, sobre un árbol y en el fondo de una cueva en el malecón, podría transformarse desde mañana.
"Mi vida tiene que cambiar, y no va a ser en la calle", dijo antes de explicar que va a hablar con un hombre al que sólo identificó como Celito, para que le alquile una habitación para vivir.
Pedro indicó que lo primero que va a comprar cuando se mude "a una casa de verdad" será una estufa y un tanque de gas.
Los ejecutivos de Cerss reiteraron que van a tramitar la cédula de Pedro.
Durante el encuentro, Pedro lucía entre tímido y feliz. Vestía una camiseta con el logo de la empresa donde empieza a trabajar mañana.